viernes, 13 de noviembre de 2015

"El Patillas", la parada obligada


La estética de Elías, fundador de la taberna, se convirtió en una tradición capilar que han seguido su hijo y su nieto y además fue lo que dio el nombre a la taberna más mítica de Burgos: "El Patillas", un lugar donde se respira arte por todas partes.
Ana Valle, Jesús Gadea (a la izquierda) y  Amando Quintano
Jesús J. Matías. Fuente:Diario de Burgos
Sorprendió que hace dos años Amando Quintano se planteara la opción de cerrar "El Patillas". Esta mítica taberna que se inauguró en el año 1914 por su abuelo, Elías Quintano, y tras más de un siglo guardando historia y tradición, actualmente sigue ofreciendo música y arte en un entorno bohemio, mágico y especial.
Para muchos, es de extrañar que esta taberna con más de 100 años a sus espaldas, se siga llenando todas las noches a pesar de no haberse hecho ninguna reforma desde su apertura. Todo está igual que el primer día excepto las paredes, que se han convertido con el paso del tiempo en un lienzo lleno de recuerdos con miles de fotografías, dibujos y cuadros que inundan el techo y las paredes de esta peculiar taberna burgalesa. Todo el que pasa deja su fotografía, busca a los conocidos o simplemente se entretiene viendo la curiosa decoración del local, a la que contribuyen todos los visitantes.

En 2014 y tras toda su vida dedicada al negocio, el tercero de la generación, Amando, que se define como un "humilde tabernero con clase que nació debajo del mostrador", decidió que iba a jubilarse. Así, revolucionó Burgos y puso en vilo a media ciudad al pensarse que el bar podría cerrar, y con él toda la historia y magia que guarda entre esas paredes.
De momento,  Amando ha cedido la gestión a los propietarios de "La Casa de las Musas", Jesús Gadea y Ana Valle, que se harán cargo del local hasta que los nietos de Amando, que sigue siendo el dueño a efectos legales, puedan hacerse cargo de la taberna. Amando dejó bien claro que la esencia del patillas debía de ser exactamente la misma, y que quedaba totalmente prohibido hacer algún cambio en la estética o en los horarios de la taberna. La decisión fue difícil, ya que para Amando "El Patillas" es su vida, pero así se pudo evitar su cierre o una posible alteración debido al cambio de dueño; "El Patillas" sigue igual.

Jesús Gadea: "Debo mantener el legado del Patillas y entregarle la taberna a sus nietos tal y como es, esa es la ilusión de Amando".

Fuente: teinteresasaber.com
Las peculiaridades del local son evidentes: precios populares, mobiliario antiguo, decoración única en la que todo el mundo puede participar, un baño unisex costoso de encontrar ya que su puerta se camufla con las paredes debido a la multitud de fotografías que inundan el local...  Pero lo que la hace una taberna verdaderamente única son los conciertos que los propios clientes improvisan, la música en vivo y en directo. Lo espontáneo. Los instrumentos pasan de mano en mano y cada músico los hace sonar trayendo su aroma propio, su esencia. Da igual que sea rock, jazz, reggae o música de tuna: todo es bienvenido en "El Patillas".  Y si no has traído la guitarra, no hay problema, Amando te presta uno de los tantos instrumentos que tiene colgados por las paredes para que nadie que quiera tocar se quede con las ganas. Porque a "El Patillas" se viene a tocar.  La música y "El Patillas" van de la mano, el arte, la improvisación, el duende... Quien quiere cantar: canta, quien quiere tocar: toca y quien quiere bailar: baila.

Amando Quintano: "Aquí suenan las guitarras aunque no suene el dinero".

Fuente: agendaburgos.com
Además, "El Patillas" no es una taberna cualquiera; artistas de todo el mundo sienten la necesidad de hacer una visita al bar más emblemático de Burgos. Por "El Patillas" han pasado artistas como El Pescadilla, Lola Flores , Joan Báez, Osborne, Paco de Lucía... entre muchos otros.  


Por eso es, sin duda, el bar más conocido y mítico de Burgos. La visita obligatoria nocturna si eres turista, y sino, también.

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